EL RADIOCASETE

22/08/2007

Desde que me saqué el carnet de conducir, allá por el invierno de mil novecientos noven… digo 2003, siempre he disfrutado de un equipo de audio en el coche. Como aquel anuncio, disfruto al volante escuchando buena música y, si hace falta, saco la mano para jugar con el viento.

Por eso, hasta hace relativamente poco, concretamente, hasta hace un par de días, aun viajaba con un radiocasete en el coche. Sí, aquella radio ochentera de grandes botones rodantes (uno para el volumen y otro para el dial) con una ranura central para las cintas de casete. Además, para envidia de los nuevos modelos de frontales extraíbles, mi radiocasete se extraía por completo dejando un oscuro hueco en el sapicadero.

Pero como iba diciendo, hace dos días decidí modernizar mi buga así que tiré la casa por la ventana (en sentido metafórico, por supuesto!) y me acerqué al taller de la ciudad. ¿Por qué los vendedores siempre son hombres aparentemente debiluchos y las cajeras mujeres con curvas voluptuosas? ¿Y por qué era yo la única fémina del local?

Mientras me hacia estas preguntas, caminaba por los pasillos en busca de la sección de audio. El chumba-chumba de los potentes bafles me facilitó el camino. ¿Qué radiocasete escoger? Marcas, precios, luces, sonido… Lo tenía relativamente claro: el que siguiera la regla de las 3B: bueno, bonito y barato. Finalmente, después de un intercambio de palabras con el debilucho vendedor, me quedé con un radiocasete modesto.

Después de algo más de cuatro años peleándome con las cintas de casete enganchadas en el radiocasete del coche, por fin es el momento de disfrutar del sonido de calidad, de cientos de canciones sin descanso, de aprovechar la música descargada, ¡ejem! comprada. Ahora ya puedo bajar las ventanillas del coche y, cual neng de Castefa, conducir por la ciudad con la cabeza bien alta y mi «greatest hits» de la ELO a toda castaña. Ja!

4 respuestas to “EL RADIOCASETE”

  1. Don Oso said

    ¡¡¡Sentimientooooooo!!!!

  2. Ferran said

    Radiocasete, pordior, qué antigua! 😉 Yo todavía conservo mi primer i único walkman, aunque no lo uso, pobret.

  3. Menganita said

    Yo lo que quiero es un coche!!!!

  4. el tronco said

    jeje ya tocaba ya. La verdad es que queda un poco macarra pero yo cuando voy solo en coche me gusta llevar la música alta. En cambio, acompañado casi que me gusta quitarla… manías tontas.

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